20/10/2021
Luego de la polémica de los últimos días en torno al futuro de Hidroituango a causa de hechos como la anulación del nombramiento de Jorge Carrillo como gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y de la decisión de dos de las empresas contratistas Coninsa Ramon H y Conconcreto de acogerse a una reorganización financiera, resulta importante destacar la importancia de esta obra para el futuro energético de Colombia y -por consiguiente- para la economía nacional.
De acuerdo con las proyecciones del Gobierno Nacional, Hidroituango promete ser la obra más importante construida en Colombia en materia de generación de energía eléctrica aportando el 17% del total que consume el país. El costo proyectado para esta megaobra asciende a los 4 mil millones de dólares, monto que se podría incrementar significativamente a causa de los atrasos.
“Hidroituango es un proyecto estratégico para Colombia. De él depende en gran parte la seguridad energética futura del país. Además, es quizá la obra de ingeniería más importante en el sector eléctrico en la historia de Colombia. Poner en riesgo la ejecución del proyecto, así sea un solo día, puede tener repercusiones graves para el país”, aseguró el pasado 15 de octubre el Presidente Iván Duque haciendo un llamado a obrar con responsabilidad para dar continuidad a la obra y cumplir los tiempos fijados.
En medio de la nueva crisis, los acreedores de EPM esperan una fecha: junio de 2022, momento en que la primera turbina de Hidroituango generaría energía. Sin embargo, ahora con la incertidumbre de un posible cambio de contratista, el BID Invest (ala privada del Banco Interamericano de Desarrollo) se reunió la semana pasada con emisarios del Gobierno Nacional y advirtieron que en caso de que dicho plazo no se cumpla, EPM deberá pagar el total de la deuda que tiene con el banco (450 millones de dólares) en menos de 45 días.
Además, expertos en temas energéticos han advertido sobre la posibilidad de una crisis energética, que incluya racionamientos de electricidad con grandes afectaciones para la economía nacional, si no se cumplen los plazos de Hidroituango, situación que ha sido descartada por el Gobierno Nacional.
“No hay riesgo de desabastecimiento de energía ni para el próximo año ni para el 2023. Tenemos los embalses en máximos históricos han estado por encima del 85%, niveles que no veíamos desde 1987. Sorprende que el año pasado en la pandemia tuvimos una sequía que se extendió no se habló de desabastecimiento de energía y este año que tenemos los embalses a tope, hay preguntas sobre esto, no hay riesgo ni para 2022 ni para 2023 pese a los retrasos en Hidroituango”, dijo recientemente el Ministro de Minas y Energía Diego Mesa.
El proyecto hidroituango está localizado en el noroccidente del departamento de Antioquia, a unos 170 kilómetros de la ciudad de Medellín. Ocupa predios de los municipios de Ituango y Briceño, en donde se localizan las obras principales, y de Santa Fe de Antioquia, Buriticá, Peque, Liborina, Sabanalarga, Toledo, Olaya, San Andrés de Cuerquia, Valdivia y Yarumal, que aportan predios para las diferentes obras del proyecto.
De acuerdo con las proyecciones, Hidroituango será la generadora más grande del país y una comercializadora de energía altamente competitiva en el mercado nacional e internacional.