
20/01/2020
El tránsito de la «nueva política»: del 15M al Gobierno de España
Con la conformación del nuevo Gobierno de España, nuestro país verá consagrada la profunda redefinición que ha experimentado en su tejido político. El cambio en las realidades políticas tradicionales, que comenzó en 2011 con el 15M, ha entrado en una nueva fase que ya no responde a lo vivido en las plazas a lo largo de aquel lejano 2011. Las constantes repeticiones electorales, la ineficiencia legislativa, la parálisis y el bloqueo político son signos distintivos de estos últimos años en la política nacional.
Suele atribuirse la causa de este fenómeno a la existencia de múltiples formaciones políticas con representación parlamentaria. Sin embargo, los motivos exceden a una simple explicación aritmética. La prueba la encontramos en los parlamentos autonómicos y en los ayuntamientos, instituciones que también cuentan con representaciones pluripartidistas y que, a diferencia de las instituciones centrales, funcionan con normalidad.
Ejemplos como Aragón, donde el Gobierno lo forman cinco formaciones políticas, la Comunidad Valenciana, que ha comenzado una nueva legislatura con un pacto a tres, Castilla y León o el ayuntamiento de Barcelona, donde gobierna Ada Colau en coalición con el PSC, son solo algunas muestras de como la política española ha transcurrido durante estos años en planos disociados. Por un lado, la normalidad autonómica y municipal. Por otro, la anormalidad política nacional.
Quizá nos encontremos actualmente en un proceso de corrección de esta anomalía. La elección de un nuevo gobierno de coalición sobre una heterogénea y complejísima mayoría parlamentaria anuncia la entrada en un instante novedoso de la política nacional. Está por ver si es este un paso que normalice el funcionamiento de la política nacional. De fondo, asistimos a algo con un único precedente, la II República, instante histórico en el que España también tuvo gobiernos de coalición. El actual nace de dos trayectorias políticas que han estado en constante rozamiento desde la sacudida que supuso el 15M. A un lado, PODEMOS, que tuvo su instante embrionario en aquel movimiento social que nació del descontento, que abogó por una nueva política, que anunció el fin del eje izquierda-derecha y que protagonizó el grito simbólico del “no nos representan”. Al otro, el PSOE, una formación sistémica protagonista ya de aquellos antecedentes durante el periodo republicano, y que asistió desde el poder a la explosión del 15M.
Una representatividad territorial más atomizada que nunca
Así, España experimenta, por un lado, la irrupción de un partido de extrema derecha en el escenario político e institucional; se ve gobernada por una coalición de izquierdas con antecedentes remotos en el tiempo; asume la práctica desaparición -al menos temporal- del liberalismo político en España; y, finalmente, asiste a la profundización de la brecha entre nuevos paradigmas y viejas formas. Y atraviesa todos estos fenómenos con un eje izquierda-derecha profundamente reforzado que convive con un segundo, el de centro-periferia, de alta intensidad y que está generando, además, una representatividad territorial más atomizada que nunca.
La creciente tendencia ciudadana a depositar su confianza en partidos muy pegados al territorio en el que nacieron, incluso a nivel provincial, y cuyas reivindicaciones ganan terreno frente a los proyectos planteados por los grandes partidos nacionales, ha alcanzado una enorme fuerza en este último año electoral. ‘Teruel Existe’, igual que el PRC, constituyen solo los primeros avisos de un cambio más profundo en el panorama político nacional. La gobernabilidad a lo largo del 2020 será una tarea titánica sobre la base de una mayoría parlamentaria conformada por nueve formaciones políticas diferentes.
Está por ver cuál es el horizonte hacia el que conducen las enormes novedades que trae la política nacional. Cómo representará ahora quien antes gritó “no nos representan”; cómo funcionará el Gobierno de coalición; qué capacidad legislativa demostrará el Congreso de los Diputados; qué intensidad tendrá la ola verde a lo largo del año; qué nuevos fenómenos y realidades reactivas aparecerán tras todo esto… Interrogantes que, sumados, conforman la gran incógnita a despejar en este primer año post 15M. Un 2020 que será el año en el que el partido político que nació del descontento de la Puerta del Sol terminó sentado en el Consejo de Ministros. Sin duda, una nueva era se inicia en España.